Las hechiceras comenzaron a revolotear en el cielo, bailan con las nubes y vocalizan el canto que aprendieron de ti, el que nos seduce cuando huele a flores y los pétalos se desprenden para emprender su delicado ascenso al despertar de nuestros sueños. El juego comienza. Uno, dos tres, ¿quién no se detiene en la delgada línea?, estamos totalmente vulnerables ante la sombra aparente y el vértigo desaparece mientras caemos en el amor. Por ti.
Este es el juego de los tercios, los pares no se encuentran y las posibilidades quedan fragmentadas mientras navegan en medio de estrellas arrastradas por el amor, en bolas de fuego para quienes arden con la vida y en bolas de nieve para los que se congelaron en el tiempo. Juntos viajando a el gran desierto, donde tu esperas, con el deseo de que pisemos la tierra del origen, la tierra donde alguna vez nadamos en medio de los océanos viviendo por ti. Es el juego de todos, es nuestra existencia cayendo en el amor. Por ti.
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