Esos luceros que alimentan de luz a esta ciudad
en esta noche interminable que no concede el despertar
son los que provocan la eterna sentencia de la idea
que esta arrebatando mi cabeza.
Y me ausento inquieta por impresionarme
con el olor tu existencia transitando la mía.
Y aparezco despeinada por no ser tan fuerte
encantando la fantasía de poder mantenerme.
Esos tonos que tengo que pintar para dejar el rastro
en estas calles gastadas por entes programados con una regla
que me tiene tan conmovida que mi corazón se expande
saturando mi cuerpo mientras deja trozos en el suelo.
Y me ausento inquieta pensando que estoy loca
por que el calor de tu presencia enciende la mía.
Y me mantengo viva para llegar a casa
mientras me invento algunas metáforas sobre aquella idea.
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