Para todos soy una extraña, una figura irregular que revela rastros de otro mundo, no lo sospechan pero me doy cuenta de que me observan con disimulo y mucha dificultad por que el sol quema sus ojos.
El jardín malgastado por los años libera una brisa refrescante que calma este desierto de condenados y hacen mas fácil la espera, puedo detenerme a leer las malas historias que marcaron el camino con miseria que hoy para muchos es motivo de orgullo y risas. Así son todos.
No importa, sigo esperando a que pasen los minutos y regrese la sombra que me permitirá continuar con el rastro de lo que fue mío, o nunca fue y ya lo será.
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