26 ene 2011

Nostalgia

Aparece la nostalgia que a menudo suele visitarme, sabe que me gusta sentirme extraño y resignarme por que ellos no me interpretan. Me albergo en la sierra y mi morada es la cima del árbol más alto donde puedo ver toda la ciudad que habitan los humanos mientras disfrutan de la belleza de sus noches y sufren de la necesidad de sus días.
Muchos no pueden descansar por que están afligidos, padecen en las sombras tratando de reparar un corazón hecho trizas por la ausencia de la adoración, lo mismo me sucede a mi, pero ellos no pueden saber que estoy llorosa y también conozco el eclipse.
Ahora canto a la adoración, como en las fábulas que solía observar, a su lado comprendí la transmisión y entendí que mas allá del dolor hay algo hermoso que esconde muchos misterios, acerca de lo que es vivir en el amor, una realidad llena de secretos, miles de instantes singulares como todos los que me llegaron a mi.

Aparece la nostalgia y me obliga a mirar a través de los arboles y explorar la luz de las ventanas considerando encontrar la que algún día habite, me oriento con la mención de sus ojos vírgenes de toda imperfección, con el recuerdo de unas palabras que chirriaban como una sonata logrando que palpara la vida como todos.
Con mi canto compongo melodías lánguidas para que las perciban los tristes, todos los que no podemos dormir hipnotizados por la luna que nos convierte en transeúntes eternos.

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Claudia Krisztina