Me sumo en aquel mundo cortés y trivial, chispeante de deseos ingenuos y no siempre inexplicables, aquel sueño frente a mi apariencia... ¿vida mordaz?
Los ritmos de una canción saltan en mi habitación.
Al humano no quiero llorar, hoy tan solo quiero odiar.
24 dic 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario