Velozmente, sin prestarle interes al tiempo, atravieso las cumbres de polvo y me aferro fuerte a la corriente para que me preste un poco de su vertigo, y así, no conocer el desaliento en esta senda que me llevará a la eternidad, para no tener que mirar atrás y que no halla espacio para los recuerdos. El telón que se teje con los hilos de mi historia se va quemando por la estela de fuego que desprenden mis pies, solo conservo el idilio en mis manos, la mirada latente y siempre al frente, y el único pensamiento que tu me haz entregado, tu secreto, no me importan los extraños, solo quieren distraerme.
Abriendo fuego, rompiendo obstáculos, mis proyecciones hacia la boca del universo que desea toda mi existencia, quiere mi pasado, ahora le pertenece mi presente, quiere escribir mi futuro, mi dueño, mi guardian, señor de las estrellas, la prisa del sorbo me calienta la sangre, despide toda conciencia, solo existe el instinto, la furiosa ceguera en un mundo turbulento donde todos gritan pidiendo atención, pero tu, hoy solo te interesas en mi, me aclamas, me quieres devorar toda por dentro, quieres mi sustancia y que seamos una sola sustancia.
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